Entre la hoja, la idea y el lápiz.
Cada uno de los elementos se mueve, pero no comparten dirección.
Mientras que uno se queda, los otros se tiran de la realidad.
Entonces otro descansa y los que quedan tratan de levantarse por sí mismo.
No existe sincronía entre el alma, el corazón y el pensamiento.
¿En dónde quedó todo? ¿Quedó algo?