Es bueno conocer, comprender y asimilar nuestro origen. No es algo por lo que seamos responsables, no escogemos dónde, cómo, ni con quién nacer; es sumamente absurdo creer que sí.
Por otro lado, tampoco debemos romantizar la falta de oportunidades de la mayoría o del lugar de origen. Ser conscientes conlleva a su vez, cierta responsabilidad social. Descubrir un panorama más amplio del que siempre se tiene contemplado.
No es sólo una cuestión de saber el origen sino comprenderlo, apropiarse del él sin caer en la idealización de las circunstancias. Las calles que recorres, la gente que las habita, el piso en el que se está, las implicaciones socio culturales.