Como la humana mujer adulta que soy, voy a llorarlo todo. Porque la incertidumbre me está royendo cada halito de esperanza.
No sé qué sentir.
Por un lado comprendo y empatizo la situación.
Por el otro quiero tirarme al suelo cada que veo mis sueñitos pisados.
Desde mi ser quiero arropar a mi corazón, no desampararlo, llenarlo de amor y comprensión.
Pero cada día es darse ánimos que llenan la batería imaginaria de mi existencia. Y al final del día tirarse en la cama como si fuera otra batalla más.
Frustración, es una de los tantos estados que estoy rosando para aferrarme al aquí.
Y en ese mismo complejo, quiero dejar de quejarme.
Hacer algo, me engaño, porque estoy deshaciéndome y dejándome en las ocupaciones que me invento. Hago algo.
Jamás había estado expuesta a estos niveles de dualidad. Con honestidad, no sé si voy a salir.