Qué bueno que te conocí ahora, dos años después desde nuestra primera casualidad, lo más curioso es que no la recuerdo, pero qué bueno que tú sí. Mi cara de sorpresa cuando lo dijiste, ¿cómo pude haber olvidado ese instante? Yo, tan obsesiva con las memorias, que incluso están clasificadas en la cabeza. Confieso que … Sigue leyendo Quererte bonito